La comunidad palestina en Chile muestra su apoyo a Gaza en medio del conflicto israelí
Chile se ha convertido en el hogar de la mayor comunidad palestina fuera del mundo árabe, con aproximadamente 500 mil miembros. Esta comunidad ha estado siguiendo de cerca los acontecimientos en Gaza, mostrando su solidaridad en medio del conflicto israelí. En las principales ciudades latinoamericanas, incluyendo Santiago de Chile, se han llevado a cabo manifestaciones en apoyo de uno u otro de los actores del conflicto.
La comunidad palestina en Chile tiene una larga historia de compromiso con la causa palestina y el rechazo a las atrocidades que la nación palestina ha vivido a lo largo de los años. Muchos de sus miembros tienen familiares viviendo en la Franja de Gaza o en territorios cercanos, y han intentado mantener el contacto a pesar de los cortes de internet y comunicaciones impuestos por Israel.
La conexión entre Chile y la comunidad palestina se remonta al siglo XIX, cuando la región de Palestina pertenecía al Imperio Otomano. En ese momento, muchos jóvenes palestinos vieron en América un «mundo nuevo» lleno de oportunidades y decidieron emigrar hacia el continente. Algunos de ellos optaron por cruzar los Andes y establecerse en Chile, atraídos por un destino menos conocido.
Entre 1885 y 1940, alrededor de 8.000 a 10.000 árabes, la mitad de ellos palestinos, llegaron a Chile. La mayoría provenía de tres localidades palestinas: Belén, Beit Jala y Beit Sahour. Sin embargo, hubo otras olas migratorias significativas, como después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, cuando se produjo la desintegración del Imperio Otomano y la creación de Israel.
La comunidad palestina en Chile ha dejado una huella importante en el país, tanto en el ámbito económico como en el social. Desde sus primeros días, se dedicaron al comercio y a la industria textil, lo que contribuyó al desarrollo económico de Chile. Empresas como Parque Arauco y el Banco de Crédito e Inversiones tienen raíces palestinas y han dejado una marca en la economía del país.
Además de su contribución económica, la comunidad palestina en Chile ha creado instituciones y organizaciones que promueven la cultura y el bienestar social. Han formado parte de la sociedad chilena, estableciendo lazos con comunidades variadas y conquistando el famoso «barrio Patronato» en Santiago, donde se pueden encontrar restaurantes que ofrecen platos tradicionales y dulces árabes.
A pesar de su exitosa integración en Chile, la comunidad palestina ha enfrentado momentos difíciles a lo largo de su historia. Durante los primeros años de migración, fueron objeto de discriminación y estigmatización. Se les denominaba peyorativamente «turcos«, una identificación equivocada que los vinculaba con el Imperio Otomano. Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, la comunidad palestina ha logrado superar la «turcofobia» y ha demostrado su compromiso con la sociedad chilena.
En los últimos tiempos, la comunidad palestina en Chile ha vuelto a enfrentar cierta discriminación debido al conflicto israelí en Gaza. A pesar de su rechazo a la violencia y su apoyo a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como el único representante legítimo del pueblo palestino, han surgido brotes de discriminación y palestinofobia. La comunidad palestina en Chile condena cualquier ataque o llamado a atacar a instituciones judías y busca mantener la paz y la convivencia.
En conclusión, Chile se ha convertido en el hogar de la mayor comunidad palestina fuera del mundo árabe debido a una historia migratoria que se remonta al siglo XIX. La comunidad palestina en Chile ha contribuido al desarrollo económico y social del país, estableciendo lazos con la sociedad chilena y creando instituciones que promueven la cultura y el bienestar social. A pesar de los desafíos y la discriminación que han enfrentado a lo largo de los años, la comunidad palestina en Chile muestra su solidaridad con Gaza en medio del conflicto israelí y busca promover la paz y la convivencia.