¿Por qué los diamantes son tan duros y cómo se pueden usar de forma sostenible?

Este artículo explica por qué los diamantes son tan duros y presenta los diamantes de laboratorio como una alternativa ecológica y ética a los diamantes naturales

En este artículo te explicamos la ciencia detrás de estas gemas y te presentamos los diamantes de laboratorio, una alternativa ecológica y ética a los diamantes naturales.

Los diamantes son unas de las piedras preciosas más admiradas y deseadas por su belleza y brillo. Pero, ¿sabes por qué son tan duros y resistentes? Y, ¿sabes que existen alternativas más ecológicas y asequibles a los diamantes naturales? En este artículo te lo contamos todo.

La composición atómica de los diamantes

Los diamantes son cristales de carbono puro, el mismo elemento que forma el grafito, el carbón o los seres vivos. Sin embargo, lo que hace que el diamante sea tan especial es la forma en que sus átomos de carbono se unen entre sí, formando una estructura cúbica muy compacta y ordenada.

Cada átomo de carbono está enlazado con otros cuatro átomos de carbono mediante enlaces covalentes, que son los más fuertes que existen en la naturaleza. Estos enlaces hacen que el diamante sea muy difícil de romper o de rayar por otros materiales.

Los diamantes se forman en las profundidades de la Tierra, a unos 150 km de la superficie, donde hay una gran presión y temperatura. Allí, el carbono se cristaliza lentamente durante millones de años, dando lugar a los diamantes que luego son expulsados por las erupciones volcánicas o arrastrados por los ríos hasta llegar a los yacimientos mineros. Los diamantes son tan antiguos que algunos tienen más de 4.000 millones de años, casi la misma edad que la Tierra.

Los diamantes de laboratorio

Los diamantes naturales son muy escasos y caros, además de tener un impacto ambiental y social negativo por la explotación minera. Por eso, cada vez más personas optan por los diamantes de laboratorio, que son creados por el ser humano replicando las condiciones de la naturaleza. Estos diamantes tienen las mismas propiedades físicas, químicas y ópticas que los naturales, pero son más sostenibles y asequibles.

Los diamantes de laboratorio se producen a partir de una semilla de diamante, que es un pequeño fragmento de un diamante natural o sintético, que se somete a una alta presión y temperatura en una cámara especial. Allí, el carbono se deposita sobre la semilla, formando una capa de diamante que crece hasta alcanzar el tamaño deseado. Este proceso puede durar desde unas horas hasta varios días, dependiendo de la calidad y el peso del diamante.

Los beneficios de los diamantes de laboratorio

Los diamantes de laboratorio tienen varias ventajas frente a los naturales, tanto desde el punto de vista ecológico como económico y ético. Algunos de estos beneficios son:

  • Son más respetuosos con el medio ambiente, ya que no requieren de la extracción de grandes cantidades de roca y tierra, ni del uso de agua, energía y productos químicos que contaminan el suelo, el aire y el agua. Además, al ser creados en laboratorios certificados, se reduce la huella de carbono y se garantiza la trazabilidad de su origen.
  • Son más accesibles, ya que tienen un precio más bajo que los naturales, debido a que su oferta no depende de la escasez ni de la especulación del mercado. Así, se democratiza el acceso a las joyas con diamantes, que pueden ser compradas también para uno mismo y de uso diario, no solo para regalar y en eventos especiales.
  • Son más éticos, ya que no están relacionados con los conflictos armados, la explotación laboral, el tráfico de personas, el lavado de dinero o el terrorismo que afectan a algunas zonas mineras.
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