Segundo Recurso de Reclamación Presentado Ante ‘Mejor Niñez’

Sigue la lucha del Hogar Campo “Los Espinos” de San Pedro, en Quillota, para revertir el término unilateral de su convenio de colaboración por parte del Servicio de Protección Especializada de la Niñez y la Adolescencia, también conocido como “Mejor Niñez”. La medida, que les fue notificada en marzo pasado, derivaría en el término del financiamiento estatal para el recinto y la redistribución en otros hogares de los 22 niños, niñas y adolescentes que ahí residen.

Sin duda que una medida de este tipo pone en riesgo la continuidad de los 33 años de historia del hogar, de inspiración agrícola y dependiente de la corporación chileno-alemana “Juntos e.V.”. Por ello, además de las reuniones, presentaciones, marchas e incluso, un diálogo con el Presidente de la República, Gabriel Boric, este jueves 11, directivas de “Los Espinos” y de la Corporación interpusieron un segundo recurso de reclamación ante la Dirección Regional Valparaíso de “Mejor Niñez”.

“Subsanados hace mucho tiempo”

Según la trabajadora social, presidenta de la Corporación “Juntos” y fundadora del Hogar “Los Espinos”, Beatrix Loos, el documento entregado en Valparaíso responde a todas las observaciones que esa Dirección Regional les realizó en sus resoluciones 1104 y 1105, del 4 de julio pasado.

La profesional manifestó que “esta es una gran oportunidad para nosotros, para mostrar que estos puntos han estado subsanados en su gran mayoría desde hace mucho tiempo, pero como hay una ‘rotura’ de diálogo, eso no lo hemos podido resolver en conjunto. También es una oportunidad para mostrar al Servicio que ha habido muchos procedimientos, donde ellos han estado involucrados con nosotros, donde no hemos logrado hacer un trabajo en común y donde también la responsabilidad de ellos es importante que la coloquen en la mesa”.

Cabe recordar que, según ha manifestado Beatrix Loos con anterioridad, todo comenzó a partir de un conflicto entre el Hogar y “Mejor Niñez”, por una situación vinculada a dos hermanos y su sobrina, quienes vivían en el hogar. El problema se judicializó y desde entonces enfrentaron una serie de fiscalizaciones, con un alto número de observaciones -de muy diverso tipo-, que derivaron en sanciones y el término unilateral y anticipado del convenio entre ambas instituciones. Esto, pese a que el equipo de “Los Espinos” presentó un plan de mejoras y subsanó muchos de los reparos planteados por el servicio.

“Los niños no han sido escuchados”

La gran preocupación de la comunidad de “Los Espinos” es que, producto de esta medida, el establecimiento llegue a cerrar y los niños que en él viven sean redestinados a hogares de otras regiones del país, lejos de sus familias que residen en Quillota o sus alrededores. Esto podría provocar, además, la separación de grupos de hermanos que habitan la residencia de San Pedro, que es una de las pocas de carácter mixto existentes en la Zona Central.

Alejandra González, directora del Hogar “Los Espinos”, también participó en la entrega del recurso de reclamación y apuntó precisamente a que “venimos representando la voz de los niños, niñas y jóvenes de nuestro Hogar Campo ‘Los Espinos’. A ellos no se les ha escuchado directamente de parte de este servicio y ellos sí plantean que quieren quedarse junto a sus hermanos y en este espacio, que los acoge, que los acompaña, que les enseña también, que los llena de espiritualidad. Trabajamos con nuestros animales, trabajamos la tierra y desde esa perspectiva, nosotros hacemos nuestro acompañamiento con ellos”.

La Corporación “Juntos e.V.” se creó a fines de la década de los 80’s, en la Región Metropolitana. Gracias a aportes de donantes alemanes, en 1989 adquirió un predio de 2,8 hectáreas, ubicado junto al camino hacia el Cajón de San Pedro en Quillota y luego de dos años de trabajo, abrió sus puertas el Hogar Campo “Los Espinos”, en diciembre de 1991. Además de las instalaciones propias para la alimentación, vivienda y cuidado de los niños, al interior funciona también la Escuela Rural “Carola Reyes Pizarro”, donde se educan los residentes y también vecinos de la localidad. Su inspiración siempre ha sido la vida del campo, por lo que sus programas combinan la educación formal con labores agrícolas, ecológicas y la puesta en valor de la vida sana y el cuidado del medioambiente.