La medida se extiende hasta el 14 de febrero y afecta a nuevos sectores de ambas comunas. Más de 4.500 personas damnificadas y 131 fallecidos por las llamas.

Los habitantes de Viña del Mar y Quilpué tendrán que seguir encerrados en sus casas por las noches, debido a la grave situación que viven por los incendios forestales que han arrasado con miles de hectáreas en la Región de Valparaíso.

Así lo anunció la jefatura de la Defensa Nacional para las provincias de Marga Marga y Valparaíso, que informó las nuevas condiciones en que se implementará el toque de queda en las comunas afectadas por el fuego.

Según lo dispuesto por la Jedena, la medida de restricción se aplicará hasta el próximo 14 de febrero, desde las 22.00 horas hasta las 5.00 horas de la madrugada, con el fin de resguardar el orden público y la seguridad de las personas y sus bienes.

Pero eso no es todo, porque además se sumaron nuevos sectores que deberán acatar el toque de queda, debido a la cercanía de los focos de incendio y el riesgo de propagación de las llamas.

En la comuna de Viña del Mar, se incorporaron los sectores Monte Sinaí, Las Pataguas y Naciones Unidas, que se suman a los que ya estaban sujetos a la medida: Villa Alegre, Reñaca Alto-Villa La Cruz, Sector Manuel Bustos, Villa Rukán, Estrella Sur, Los Almendros, Villa Dulce Norte, Pedro de Valdivia, Limonares, Canal Beagle, El Salto, Chorrillos, Miraflores Bajo, El Olivar (sur y norte), ampliación de Villa Dulce Norte y la Villa Independencia.

En la comuna de Quilpué, en tanto, se agregaron ahora Canal Chacao y Población Argentina, que se unen a los sectores Valencia, Pompeya, Calicheros y Los Pinos, que ya debían respetar el toque de queda.

La situación es crítica en la zona, donde los incendios han dejado un saldo de 4.555 personas damnificadas, según el último balance del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

Además, la cifra de fallecidos confirmados por el Servicio Médico Legal (SML) se mantiene en 131 víctimas, con 63 de ellas identificadas. Entre los fallecidos se encuentran bomberos, brigadistas, carabineros y civiles que perdieron la vida intentando combatir o escapar del fuego.

En cuanto a la superficie afectada, esta alcanza a las 10.208 hectáreas, lo que equivale a más de 10 mil canchas de fútbol. Los incendios han consumido bosques nativos, plantaciones forestales, viviendas, infraestructura pública y privada, y han generado graves daños ambientales y sociales.

Las autoridades han declarado estado de catástrofe y alerta roja en la región, y han solicitado la colaboración de la ciudadanía para evitar situaciones de riesgo, respetar las medidas sanitarias por la pandemia de Covid-19 y denunciar cualquier hecho sospechoso que pueda estar relacionado con la intencionalidad de los incendios.