Estudiantes extranjeros generaban ingresos en torno a 350 millones de dólares anuales, por concepto de alojamiento, turismo, matrícula, alimentación, entre otros, beneficiando directamente a muchas Pymes.
Desde la publicación del Reglamento de la nueva Ley de Migración y Extranjería, en el mes de febrero, la entrega de visas estudiantiles se ha visto limitada y se desconocen los tiempos de respuesta que tiene el procedimiento para sus usuarios.
Así lo advirtieron desde Learn Chile, red de instituciones de educación superior, compuesta por más de veinte universidades e institutos de formación técnico profesional, apoyados por el Estado de Chile a través de ProChile, con el objetivo de potenciar la internacionalización de la oferta académica del país y promocionar al mismo como un excelente destino para estudiantes internacionales.
Este sector venía gravemente dañado por los efectos de la pandemia y sus consecuencias en la movilidad internacional. Antes de aquello, las visas anuales para estudiantes alcanzaban las 20 mil al año: 9 mil para estudiantes de intercambio y programas de corta duración, y más de 11 mil a estudiantes extranjeros, cursando programas completos de pregrado o posgrado (sin residencia previa). A esto se suma la movilidad de académicos en diversos proyectos.
Marcos Avilez, director de Learn Chile, explicó que “la implementación de esta ley ha resultado altamente desafiante y compleja. En el caso particular de la educación superior, existen extensas listas de espera para obtención de visas de estudio o de trabajo en la academia y poca claridad en cuanto a los tiempos de respuesta”.
Cabe destacar que Learn Chile estima que los estudiantes extranjeros generaban ingresos para el país en torno a 350 millones de dólares anuales, por concepto de alojamiento, turismo, matrícula, alimentación, entre otros, beneficiando directamente a muchas Pymes a lo largo de Chile que hoy no cuentan con estos ingresos.
Asimismo, la actual situación afecta además a los programas de doctorado nacional, los cuales deben contar con estudiantes extranjeros, así como a los programas de investigación asociativa internacional. Se estima en varias decenas de millones de dólares los efectos negativos en pérdidas en becas, grants internacionales y fondos de financiamiento científico que no se podrán activar, por la no llegada de estudiantes graduados e investigadores internacionales al país debido al retraso en sus visados.
“Esto ha sido comunicado de manera formal a las autoridades, quienes se han mostrado receptivas y comprometidas a resolver este problema, pero es necesario reforzar el sentido de urgencia. Nuestros pares a nivel internacional nos han hecho saber lo complejo que resulta esta situación para sus propios proyectos y expectativas, lo que los ha llevado a desistir de algunas iniciativas y priorizar otras opciones de asociatividad en otros países, con la indiscutible pérdida de posicionamiento de Chile”, indicó Avilez, agregando que “como consecuencia inmediata, la atracción de talento profesional y académico extranjero hacia nuestras instituciones se ha visto muy afectada ante la poca o nula posibilidad de obtener visas de estudio y trabajo académico en plazos razonables”.
Por ello, Avilez fue enfático en señalar que “reafirmamos nuestra disposición a colaborar y actuar en la búsqueda de soluciones a un problema complejo, a nivel nacional, pero en un proceso liderado desde el Estado, que debe articular efectiva y urgentemente a los distintos organismos públicos involucrados”.
Conferencia NAFSA
Cabe destacar que, entre el 31 de mayo y el 3 de junio pasado, y luego de dos años de interrupción a causa de la pandemia, se llevó a cabo en Denver, EE.UU., la Conferencia NAFSA, que reúne a instituciones de educación superior (IES) de todo el mundo. Esta vez congregó a más de 6 mil representantes y autoridades educativas, buscando generar o fortalecer alianzas de colaboración, que se traducen en convenios de movilidad estudiantil, académica y profesional, y participación conjunta en proyectos académicos, muchos de ellos con impacto social en los territorios, entre otras tantas oportunidades.
Learn Chile estuvo presente con un pabellón, llamando la atención de instituciones pares de todo el orbe, lo que facilitó la realización de más de 600 reuniones de prospección que permitirán alcanzar más de 150 acuerdos de cooperación e intercambio. Que el Estado de Chile apoye una instancia así tiene un fin claro y estratégico: fortalecer el posicionamiento del país en el mundo, favorecer los flujos en ambos sentidos de talento estudiantil, profesional y académico y apoyar sectores productivos relacionados con la Educación Superior, tales como el sector turístico, gastronómico, hotelería, entretenimiento, cultura, entre otros.
Valorando el alto sentido estratégico que tiene la existencia de Learn Chile, y la apuesta por ya casi 10 años del Estado en aquello, resulta a la vez muy preocupante y contradictoria la situación actual, respecto a las exigentes dificultades, a todo nivel, para ordenar los flujos migratorios. La reciente entrada en vigor de la nueva ley sobre la materia, se aleja del que debiese ser su objetivo primario: generar migraciones ordenadas que favorezcan el desarrollo del país.